Can Costa es un espacio con tradición en la localidad de Pollensa, en el norte de la isla, aunque su vertiente gastronómica es menos conocida que su faceta histórica. Aquí vivió, el siglo pasado, Miquel Costa i Llobera, uno de los más importantes de la zona. Durante una larga temporada, las frías paredes de piedra, albergaron el cine de la localidad, como testigos de este tiempo, presiden la entrada dos antiguas cámaras de proyección.
Una vez entrado en el hall, continuamos camino subiendo unos pocos escalones de la imponente escalera de piedra. Para salvar los reparos de los curiosos a entrar en el antiguo y majestuoso edificio, los propietarios han instalado una acogedora terraza.
A Can Costa le ocurre lo mismo que a tantos otros restaurantes de la zona,
que han sufrido constantes cambios de propiedad.
Ahora un mallorquín ha tomado las riendas desde hace poco más de un año, mucho y bueno es lo que se oye sobre él, por tanto teníamos que probar nosotros mismos.
Hay que mencionar de entrada que allí está todo lleno de estilo, se percibe el cariño invertido y alto nivel en todos los sentidos.
Amablemente nos conducen a nuestra mesa. El gran salón alberga dos zonas de sofás, propiciando varios diferentes varios ambientes, entre las columnas unas ligeras cortinas, que si fuera preciso, convierten la zona en un espacio reservado.
Ahora, en mayo, disfrutamos de un agradable fresco, afortunadamente sin instalaciones de aire acondicionado. Blanco lino sobre solidas mesas de madera, sillas en fundadas en lino gris y una cálida iluminación, a todo ello hay que añadir un fondo de Jazz que termina por conformar el impecable escenario del local. Únicamente las obras de arte que cuelgan de la paredes, todas en blanco, negro y gris, podrían tal vez, haber sido algo más alegres.
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La lectura del menú es emocionante, mucho pescado y combinaciones poco habituales. Pero también pequeños bocados para acompañar al vino.
La encantadora camarera, pregunta si deseamos pan y aceite, esto es muy atento por su parte, pues por la zona es habitual que se ponga sobre la mesa sin consultar y luego se facture.
Nos hemos decidido por el menú degustación de 5 platos.
Se convierte en un poema, la magia de estos cocineros está llena de creatividad, su letra son los guiños, los juegos, los contrapuntos y aderezado con todo el cariño.
La lectura de la carta de vinos era igualmente emocionante, clásicos de la península están representados así como distintos e interesantes nombre de la isla. Desde precios medios a precios de muy alto nivel, pero muy bien elegidos.
Acompañados por las atenciones y el cariño de la camarera y ocasional apoyo del propietario, una estupenda botella de vino local, ha sido, todo ello una gran muestra de saber.
Le deseamos a Can Costa que pueda desprenderse de la antigua mala fama que cuelga de sus viejos muros.
Nuestro menú:
Pan, sal Maldon y aceite oliva de Soller
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Croqueta de atún rebozada con sésamo blanco y negro con guacamole
Gran aperitivo
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Huevos poche con parmentier, “camaiot”, chips de patata y aceite de trufa blanca
Excelente huevos sobre una sabrosa crema, el “camaiot” le ha dado un contraste perfecto
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Vieira gratinada con queso de Mahón, hojas de espinacas, piñones y pasas
Un poco de preparación ene las espinacas hubiera sido mejor
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Corvina a la parrilla con trufas de zanahoria, patatas salteadas con cebolla crujientes, mini paquete de espárragos trigueros rematado todo ello con un lazo de cebolla
Fina textura del pescado, la forma de presentación de la verduras, fue extraordinaria
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Carrillera de cerdo ibérico, patato de “sa pobla” al romero
Este plato parecía un poco rustico, pero la salsa era perfecta y la carne estofada también
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Couland de chocolate caliente con helado de pistacho, physalis y fresas
Excepcional este pastel con interior blando con 70% de chocolate en simbiosis con el helado
5 platos: 34.50€
Pan y aceite: 2€
A la Carta: 12€-24€
Nuestro vino, Anima Negra 2012, Vino de la Tierra, Mallorca
Pronto podrá leer sobre esta joya en este blog.
Todos los derechos de las fotos a los propretarios de Can Costa
Fotografo: Joan Toni Ramon Crespi
Suplemento enero 2017:
El restaurante Can Costa ha cerrado permanente. Que lastima!